Descubriendo el motivo de avería de una bomba
La bomba sumergible de un cliente sufrió una avería que la dejó totalmente inservible. Los del servicio técnico lo dejaron claro: no había nada que hacer; estaba totalmente quemada y no había reparación posible.

Datos registrados del consumo (kW) en los cuales se aprecia el momento en el cual la bomba se para para siempre
Como es lógico, el cliente buscó responsabilidades y comenzó a pensar que la última reparación de la bomba -todavía muy reciente- no se había hecho correctamente. Además, pidió a Ingran una explicación de por qué nuestro sistema no había enviado ningún mensaje de alerta.
Vayamos por pasos.
Lo primero que hicimos fue analizar los datos que habían sido recogidos por el sistema de telemedida.
Nuestro sistema permite cruzar y analizar los datos que se han recogido cada 10 segundos. En el caso de algunas averías, podemos ajustar la frecuencia de muestreo a 1 segundo (ver caso del Golpe de Ariete). En este caso, pudimos observar que la potencia (kW) comienza a disminuir en un instante en el cual la presión comienza a ascender. Unos minutos después, la presión se dispara a casi 7 bares (escala en el eje derecho). La bomba se mantiene durante 7 minutos trabajando a una presión muy elevada y con una potencia menor de la habitual.
Transcurridos los 7 minutos, la presión vuelve a su estado normal, pero los parámetros de consumo eléctrico se disparan y empiezan a oscilar. En un determinado punto, a las 7:55, los valores de la potencia superan los límites históricos y media hora después se para el bombeo.
LA PRESIÓN NOS DA LA SOLUCIÓN
En la presión está la clave de todo. Teniendo en cuenta que el sensor de presión que tenía instalado el cliente medía hasta 6 bar, hicimos ver al dueño del bombeo que la presión soportada por el sistema había sido mayor. Más adelante, con la curva de la bomba pudimos calcular la presión real que había soportado la bomba en esos momentos y que, en efecto, había estado por encima de los 7 bares medidos.

Cambios de presión según la altura a la que se bombea
Esta instalación bombea agua para llenar balsas situadas a distintas cotas. Por eso, la presión va cambiando según la altura de la balsa que se está llenando. Por este motivo, las alertas del sistema de Ingran no estaban enfocadas al control de los cambios de presión y no se envió ninguna alerta al experimentar una presión elevada.
EL CAUSANTE DE LA AVERÍA
Para pasar de llenar una balsa a otra, la persona que controla la instalación debe abrir la válvula de la nueva balsa a llenar y, después, cerrar la válvula de la balsa cuyo llenado ya se ha finalizado. En el caso que estamos comentando, los datos recogidos nos indican lo que realmente pasó ese día: el técnico cerró todas las válvulas (por error, por despiste o porque una tercera persona se la cerró; no entramos en acusaciones) y sólo 7 minutos después abrió otra válvula. Pero la instalación ya estaba perdida.
Los datos reflejan que la bomba estuvo 7 minutos bombeando contra sí misma, llegando a desplazarse una de las piezas de la misma y terminando por quemar todo el motor.
CONCLUSIÓN
La Comunidad de Regantes supo qué había pasado realmente en el bombeo, dejando de exigir responsabilidades a terceros. Podríamos pensar que esta vez el ahorro generado por Ingran estuvo más dirigido a esas terceras partes que al propio cliente. De todas formas, el «toque de atención» al técnico de la instalación hará que en adelante cuide mejor la instalación y que nunca más vuelva a pasar: y eso sí supone un ahorro.